jueves, 22 de marzo de 2012

RIVER 2 ALAVES 1. PERMANECIA ASEGURADA.

Partidazo en Las Llanas. Disputa de poder a poder entre dos equipos que aspiran a algo más que a navegar por la mitad de la tabla. El triunfo cayó de lado de quien más quiso llevarse la victoria, que no fue otro que el bloque de Sarriugarte. Equipo el sestaotarra que según iban pasando los minutos mejor se encontraba en el campo, tanto en defensa como en ataque. Los goles de Eneko y Etxaniz anularon el conseguido por Javi Casares para los alaveses. Todo un reflejo de lo visto en el césped. Con estos tres puntos, el Sestao se olvida definitivamente de las cuentas por la permanencia y empieza a pensar de lleno en cotas más altas.
Los minutos de tanteo iniciales duraron demasiado. Los dos equipos mostraban excesivo respeto mutuo y las llegadas no se convertían en ocasiones gracias a las grandes defensas. Las primeras opciones de gol comenzaron a llegar con cuentagotas y siempre tenían color verdinegro.
Era el minuto 21 cuando Barrón centró desde la izquierda para el remate de cabeza de Etxaniz, quien envió el balón fuera. Dos minutos más tarde, el centro-chut de Apraiz botó delante del cancerbero Rangel, quien por fortuna para el cuadro babazorro despejó el balón involuntariamente con la cara.
Faltando diez minutos para el descanso, llegó una bonita jugada para el Sestao. Vilarchao sirvió un preciso pase a un muy activo Etxaniz en el día de hoy. El delantero cedido por el Athletic dejó sentado con su recorte a Luis Prieto dentro del área. Su posterior chut fue atajado por Rangel.
La única oportunidad de los blanquiazules llegó al filo del descanso, en el minuto 43. El saque de esquina de Javi Rubio fue rematado en boca de gol por Alex, para que Alconero -de nuevo hoy titular- se luciera atrapando el balón.
Tras el paso por vestuarios, la tónica era la misma, corregida y aumentada. Un River poderoso se imponía en cada lance del juego a un Alavés que no podía superar al once local.
Nada más comenzar el segundo acto, Izurza buscó el primer gol de la noche con sendos remates desde la frontal del área. Ambos se sucedieron inmediatamente en el tiempo, en los minutos 51 y 52. Sirvieron de aviso para el primer gol del partido.
En el 56 Vilarchao sacó el balón desde la esquina al centro del área pequeña. El esférico se quedó sin dueño, lo cual fue aprovechado por Eneko, bien situado cual delantero centro de los listos para empujarlo al fondo de la red. El conjunto verdinegro se adelantaba en el marcador a los diez minutos de la reanudación.
Dos minutos después lo intentó tímidamente Sendoa para los visitantes. Su chut se fue muy arriba del marco defendido por Alconero.
Esta ocasión fue un oasis en medio del espectacular juego del Sestao, que aun con el marcador a favor siguió buscando el gol. Llegaron los minutos estelares de Josu.
En el minuto 60 botó un saque de falta que obligó a intervenir a Rangel. Cinco minutos más tarde, tras jugada en solitario, hizo temblar la portería visitante con un asombroso disparo que pegó en la misma cruceta.
Un remate de cabeza de Unai que atrapó Rangel y un chut de Etxaniz que se marchó fuera tras haber robado el balón a Luis Prieto siguieron a las ocasiones de Josu.
Tras este torrente de juego y ocasiones llegó el penalti que sentenciaba el partido faltando un cuarto de hora para el final. Josu fue arrollado dentro del área tras recoger un balón que peleó Barrón en el sector izquierdo del ataque sestaotarra. Etxaniz fue el encargado de chutar la pena máxima. Su disparo se coló en la portería de Rangel luego de pegar en el poste superior.

Hasta el final, mucho empuje de los vitorianos que se tradujo en el gol de la incertidumbre en el minuto 84. La única jugada trenzada visitante nació de las botas de Jito, que centró a la derecha para que Oscar ejecutara el pase de la muerte, rematado por Javi Casares allá donde no llegó Alconero con su estirada.
Las últimas oportunidades llegaron de la mano de Oskar Martín y de Vilarchao, quienes en medio de los nervios lógicos por el resultado en las postrimerías del encuentro marraron sendos disparos a gol.
El partido dejó un excelente sabor de boca entre los aficionados verdinegros, que observaron cómo su equipo superó en todas las facetas del juego a un Alavés que además pierde el gol average con el River. Este dato puede ser fundamental de cara al final de Liga.

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